En el día de hoy, el diario La Nación dedicó su editorial al tema de la lucha contra las mafias en Argentina y América Latina. En la nota, se destaca el trabajo de La Alameda y la Red Alas, además del de La Otra Trama.
A continuación, reproducimos el texto completo del artículo.
Ejemplos de la lucha contra la
mafia
Así como Libera es en Italia un arquetipo de combate
al crimen organizado, existen expresiones de la
sociedad civil que son modelos en nuestra región
Las actividades ilegales y delictivas sobre los Estados tienen dos matrices: la
corrupción interna a través de dirigentes que, llegados al poder, forman
asociaciones ilícitas que capturan a los Estados desde adentro, y la mafia organizada que,
por medio de sobornos a integrantes de los tres poderes, se asegura la impunidad
necesaria para delinquir por fuera de las estructuras estatales. Ambas estrategias
coexisten y, en algunos casos, se potencian, lo cual obliga a la sociedad civil a organizarse
para luchar contra la corrupción y el delito organizado
Un exitoso ejemplo ocurrió hace 20 años en Italia, donde se originó Libera, que hoy
agrupa a 1600 organizaciones sociales de ese país que luchan contra la mafia. Sus
programas recuperan la memoria, fomentan la toma de conciencia sobre los estragos que
provocan las actividades mafiosas, capacitan para prevenirlas y colaboran en la
sustentabilidad de las actividades económicas a partir de los bienes confiscados a los
delincuentes.
Entre 1992 y 1993 la mafia asesinó a los jueces que impulsaban la mayor investigación antimafia de la historia italiana, conocida como Mani Pulite. Esto generó una masiva
protesta social, similar a las ahora difundidas manifestaciones de los "indignados".
Aquella protesta fue iniciada por una ciudadana que colgó una sábana blanca de la
ventana de su casa como forma de expresar que no era parte de la mafia. A las pocas
horas, muchísimas viviendas se tiñeron de blanco.
Frente al visible y generalizado malestar ciudadano, Luigi Ciotti, un sacerdote con
extensa trayectoria social, se preguntó qué se podía hacer desde la sociedad civil. La
primera idea fue formar una organización, pero ya había muchas y el problema era que el
poder de la mafia se infiltraba en esas estructuras, por lo que propuso formar una red. En
1995, se conformó entonces Libera.
El espacio fundado en Roma, integrado en su mayoría por organizaciones sociales
vinculadas con la Iglesia, se planteó como primera acción un objetivo bien concreto que
fue impulsar la ley que regulara la confiscación de los bienes de la mafia. Fue una idea
simple pero eficaz.
Alcanzado ese objetivo y sancionada la norma, la estrategia pasó a ser la lucha de la
sociedad civil contra la mafia sobre la base de la memoria, la prevención y la incidencia en
políticas públicas.
El tráfico de drogas (heroína, cocaína, cannabis, marihuana, éxtasis) es la primera
entrada de la facturación de las bandas criminales. Según el informe sobre drogas a nivel
mundial, realizado por las Naciones Unidas en 2007, este mercado criminal cuenta con
más de 230 millones de consumidores en todo el mundo. Europa representa el segundo
mercado de drogas global después de América del Norte.
Para reingresar los millones de dólares producto de actividades mafiosas y del delito
organizado a la economía formal se crean sofisticadas técnicas conocidas en Italia como
reciclaje generalmente definido como lavado de dinero, que fue el nombre introducido
en el Código Penal italiano en 1978 para describir el proceso mediante el cual la riqueza ilícita (dinero, bienes y valores) se oculta, lava y luego reinvierte en circuitos de la
economía legal.
La trata de seres humanos, a pesar de la promulgación de leyes y convenios
internacionales, plasmada en el tráfico de personas y otras formas de esclavitud
relacionados con ésta, no sólo nunca desapareció de la historia, sino que se amplió a
todos los continentes. Las víctimas sometidas al tráfico de seres humanos son migrantes,
en particular mujeres y niños, que dejan sus países en Asia, África, América latina y
Europa del Este en busca de una mejor expectativa de vida. Estas personas, que
generalmente huyen de la pobreza, la guerra, la persecución y los regímenes no
democráticos, son esclavizadas laboralmente en industrias como la textil o la agricultura,
o son obligadas a ejercer la prostitución.
Para combatir a la mafia, Libera impulsó la iniciativa popular que sancionó la norma que
le permite al Estado incautarse de bienes de los mafiosos para destinarlos a uso social. Se
calcula que hay en Italia 1600 empresas incautadas a la mafia, de las cuales 80 fueron
reutilizadas. Más allá de esa cantidad, Libera comprendió rápidamente que frente a la
escala que cobraba la mafia era fundamental mostrar hechos concretos de que la sociedad
civil organizada podía combatirla.
En América latina, Libera inspiró a entidades que luchaban contra la mafia a articularse
en un espacio colectivo. Algunas de derechos humanos con las que tenía lazos más otras
vinculadas a la Fundación Avina se organizaron en 2014 para crear la Red Alas, surgida
para contrarrestar las violaciones de derechos humanos, la delincuencia organizada, la
corrupción, la impunidad, la violencia y la economía criminal en nuestra región.
Alas está presente en nuestro país, Colombia, Ecuador, México, Brasil, Guatemala, El
Salvador, Nicaragua, Bolivia, Perú y Honduras, con organizaciones que se dedican
principalmente a la investigación, a la asistencia de víctimas de violación de derechos
humanos, a periodistas amenazados y víctimas de trata, y a la generación de procesos de
incidencia política y social, así como a la defensa y promoción de los derechos humanos y
a la difusión de una cultura de paz, legalidad y justicia social.
Particularmente en la Argentina, la que inició el camino del combate democrático al
delito organizado fue la organización social La Alameda, a la cual nos hemos referido
numerosas veces desde esta columna editorial, por ser un espacio que no sólo ha
instalado en la opinión pública y en la agenda política el tema del delito organizado, sobre
todo en trata de personas, trabajo esclavo y narcotráfico, sino que también ha denunciado
penalmente a quienes se benefician con las actividades ilegales. Otro espacio colectivo a
nivel nacional es la red La Otra Trama, que presenta estudios sobre la situación del delito
organizado en el país. La organización Contadores Forenses, por su lado, ha impulsado
un petitorio en Change.org solicitando a las autoridades que impulse normativas para
quitarle poder económico a las mafias.
Todos son ejemplos de cómo la sociedad civil puede organizarse para que se pueda
combatir a la mafia sin derramar una gota de sangre.
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