domingo, 16 de junio de 2013

Calles Perdidas: Complicidad Policial

Fuente: Documedia




“La tutela policial a los embrionarios grupos narcos configuró la condición necesaria para la expansión y estabilización del mercado ilegal de drogas, debido a que permitió y garantizó el despliegue y dominio territorial imprescindible”, sostiene Marcelo Saín, experto en Seguridad y creador de la Policía Aeroportuaria, citado en el libro País Narco. “Esto no significa que toda la policía es corrupta, pero sí que hay dispositivos de permisión de la ilegalidad”, afirma.

Lejos de la academia y las funciones políticas, los vecinos de Rosario lo comprenden y lo observan, tangiblemente, cuando nos cuentan que “los narcos” se pasean mostrando sus armas por el barrio, por las mismas calles por las que circula, también, la policía, sin detener a nadie. Dicen los vecinos que saben muy bien dónde están los kioscos y búnkers, que hasta allí llegan autos importados y que también estacionan, allí, los patrulleros.

Para Enrique Font, Magíster en Criminología, la responsabilidad no es sólo de la policía sino, también, de la Justicia Federal. No se produce información criminal de calidad ni se diseñan políticas de prevención del delito. Coincide en esta mirada Gabriel Ganón, Defensor General de la Provincia.

Mientras tanto, crece el número de homicidios en Rosario, mostrando patrones evidentes. Entre los jóvenes de sexo masculino, de entre 15 y 35 años, se concentra la mayoría de las muertes. La metodología del homicidio es similar: 2 ó 3 jóvenes armados asesinan a quemarropa en plena calle. Cada nuevo crimen ocurre a pocas cuadras del anterior. Oficialmente, estos homicidios se caratuan con categorías imprecisas, que poco aportan a la investigación. Simultáneamente, el mapa del delito narco va delineando sus rutas cruzadas.

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