lunes, 17 de junio de 2013

Calles Perdidas: Políticas Erróneas

Fuente: Documedia



Desde que los medios nacionales hicieron pública la gravedad de la situación rosarina en relación al narcotráfico, muchos funcionarios y candidatos políticos se refirieron al tema.

Para Hermes Binner, ex Gobernador de Santa Fe y principal referente del partido que hoy gobierna la Provincia, se trata de una maniobra montada por los medios afines al gobierno nacional para generar la idea o “sensación” de narcotráfico en Rosario. Sostiene que, como delito federal, es responsabilidad de la Nación, y que los delitos que se le imputan a Hugo Tognoli “ocurrieron y no ocurrieron”.

Por su parte, en la apertura de sesiones de la legislatura provincial, el Gobernador Bonfatti afirmó que “este gobierno es enemigo declarado del narcotráfico” y que será “implacable al aplicar sanciones a la institución policial”. Mientras, la Ministra de Seguridad de la Nación, Nilda Garré, dejó en claro que “la seguridad pública de Santa Fe es un tema provincial y el gobierno santafesino no controla a su Policía.

La cadena discursiva es larga e intrincada. No obstante, si se analizan las políticas actuales sobre drogas, Enrique Font no duda en llamarlas “esquizofrénicas”: construyen a los consumidores como víctimas patológicas, criminalizan y castigan a los “soldaditos” y trabajadores de la droga, pero jamás identifican ni encierran a los empresarios.

La gestión actual de la ciudad se precia de destruir permanentemente búnkeres de drogas. Para los especialistas, esa acción es meramente simbólica, no resuelve el problema. Gabriel Ganon las llama “acciones publicitarias de política criminal”. Se avanza sobre el eslabón más vulnerable, pero no se toca el negocio.

Para muchos especialistas, las políticas prohibicionistas se constituyen como causa del problema. Por otro lado, mientras algunos defienden la despenalización del consumo como una forma de revertir las consecuencias de las actuales políticas de criminalización, otros tantos dudan sobre su potencial para solucionar el problema.

Sin embargo, la pregunta que subyace hoy en la variable política del narcotráfico es: ¿existe voluntad para reconocer el narcotráfico como problema prioritario en la ciudad, investigar el asunto, construir información del delito de calidad, reformar la institución policial, desarticular las bandas y encarcelar a los jefes narcotraficantes?

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