miércoles, 28 de mayo de 2014

Los jefes de bloque se cruzaron feo por las denuncias de gastos en contratos

Fuente: La Política Online



“Los diputados que fueron a pedir transparencia a las ONG son unos pelotudos”, sentenció el moyanista Omar Plaini.

“Los diputados que
fueron a pedir transparencia a las ONG son unos pelotudos”, sentenció el moyanista Omar Plaini, uno de los diputados que animó la tensa reunión entre jefes de bancada convocada por Julián Domínguez.

“Yo fui uno de esos”, se hizo cargo Pablo Javkin, de la Coalición Cívica. “Entonces sos un verdadero pelotudo. Y ni siquiera sé quién sos”, lo ninguneó el canillita.

El presidente de la Cámara estaba furioso porque seis diputados acudieron a ONG para decir que faltaba transparencia en el manejo de recursos. Fueron Javkin, Laura Alonso (Pro); Martín Lousteau y Carla Carrizo (Sumá +); Adrián Pérez (Frente Renovador); Manuel Garrido (UCR) junto a la senadora Laura Montero (UCR).

En una nota publicada por La Nación, admitieron falta de información sobre el manejo de becas, subsidios y el nombramiento de personal, que se divide entre planta transitoria y permanente.

Furioso, Domínguez advirtió que si había algún dato no publicado pronto se hará público. Pero después los propios jefes se fueron sacando las chipas.

Juliana Di Tullio, líder del oficialismo, preguntó quién financia a las ONG que exigen transparencia en nombre de la democracia.

“Una de ellas es Poder Ciudadano, de donde proviene Laura Alonso. Y Alonso suele pedir permiso para viajar a Washington, según cuentan sus propios compañeros del PRO”, disparan en el kirchenrismo.

“¿Acaso habría algo peor que traer dinero de Estados Unidos para pagar una ONG que nos exige mostrar gastos de mil pesos?”, se preguntan en el Frente para la Victoria.

Recuerdan, no sin furia, la presión que muchas de estas organizaciones ejercieron durante el debate de la reforma judicial, cuando empapelaron la ciudad con las caras de los diputados que podían bloquearla con su voto. Algunos eran fieles aliados del Gobierno y aquella vez denunciaron una campaña mal intencionada.

Otro tema que enfureció al oficialismo fue el de la supuesta falta de declaraciones juradas. “Pueden presentarlas cuando quieran, pero no lo hacen”, refutan.

Según pudo reconstruir LPO, Plaini, que tiene un monobloque, no anduvo con chiquitas. “A ver si entienden: los subsidios y las becas son para devolvérselos a la gente que te votó. No los pueden poner en cuestionamiento. Hay que saber hacer política”, les gritó.

Radicales incómodos

Uno de los más castigados fue el jefe del bloque Mario Negri, por haber avalado la avanzada de las ONG. Es que el cordobés fue un activo negociador de beneficios para los suyos.

Tampoco se salvó Claudio Lozano, otro de los que avaló la movida. Con tres miembros, según los kirchneristas su bloque Unidad Popular es “el que más metros cuadrados por integrante consiguió en la historia de la Cámara”.

La dinámica de crear bloques chicos es otro tema a rever: el reglamento no lo contempla y es una vieja táctica para multiplicar recursos.

En el debate, la diputada Carrizo llegó a sugerir un aumento del presupuesto si era necesario, en lugar de suplir faltas de fondos con partidas que considera poco claras. “¿Pero si cuando cobrábamos una miseria y nos aumentaron pusieron el grito en el cielo?”, respondió Plaini.

Ni bien llegó Domínguez llevó los salarios de los diputados de 15 mil pesos a más de 30 (lo que cobraba un director de Estado) y fijó que se actualicen con los acuerdos de los empleados. Con el descuento de Ganancias, hoy oscilan 38 mil pesos de dieta.

La pelea no terminó. Falta que se hagan datos públicos que podrían complicar a diputados que piden transparencia.

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